En las distintas etapas de la vida vamos percibiendo como no siempre nuestro rendimiento es estable. En ocasiones sufrimos muchos momentos de desatención, pérdidas de concentración y memoria. Si bien es cierto que es indispensable realizar un chequeo médico ante estas pérdidas de atención y memoria, es importante también plantearse si hay algo en nuestro interior o en nuestro alrededor que no está funcionando.
El estrés, la sobrecarga de estudio/trabajo, la ansiedad, los cambios vitales (positivos o negativos), la desorganización, la no planificación, la desatención al cuerpo y la falta de autocuidado suelen ser algunos de los factores más comunes que nos llevan a no alcanzar nuestras metas.
Tomar conciencia, atender a tus emociones y organizar tus próximas tomas de decisión pueden aliviarte y permitirte cambiar el rumbo de este último periodo.
PASO 1: CUESTIÓNATE




PASO 2: EMPIEZA CON «PEQUEÑOS» CAMBIOS

PASO 3: MOVILÍZATE DE FORMA CONSCIENTE

Antes de hacer terapia tienes otras opciones desde que identificas el problema, de hecho muchas personas no acudirán nunca a consulta. Ahora bien, si ves que las dificultades empiezan a afectarte en varios ambientes, te cuesta restablecer los cuidados básicos o la respuesta a tus intentos de mejora no es la adecuada, probablemente es el momento de una ayuda extra.